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Bad Bunny está ocupado. Me tomó tres intentos conseguirlo para esta llamada, y me sorprendió que no me tomó un intento más. Después de todo, el joven de 27 años, nacido Benito Antonio Martínez Ocasio, es un fenómeno musical, cuyos talentos han dirigido la influencia del reggaetón contemporáneo a nivel mundial.
Mientras otros artistas están tomando un descanso para recargarse en medio de una pandemia global, Bad Bunny me llama desde la República Dominicana, donde está grabando un nuevo proyecto secreto. Esto menos de un año después de estrenar tres álbumes en menos de nueve meses, solo unos cuantos meses después de ganarse un cinturón de campeonato en la liga de lucha WWE, y un momento después de terminar de grabar una serie de televisión (Narcos: México) y una película (Bullet Train). Así que yo lo entiendo, Bad Bunny está muy pero muy ocupado. El tiempo funciona diferente para los artistas de su nivel.
Cuando finalmente hablamos por Zoom, él es solamente una voz. Su internet funciona muy despacio en su ubicación actual y prendiendo su cámara agotará su banda ancha. Su voz es profunda y calmada. O como él dijo: “Mi voz tiene esa fuerza que quizás necesitas para estar triste pero no lo suficiente para deprimirte si no que pa mantenerte despierto.”
Intento averiguar en qué tipo de proyecto está trabajando Bad Bunny, preguntándole sobre su visita a la República Dominicana. Pero en vez de revelar su proyecto, empieza a alabar este país como si hubiera estado esperando que alguien lo escuche hablar sobre este amor. “Tengo un cariño especial para la República Dominicana,” me cuenta. “Tengo mucha historia aquí. Muchas de mis primeras presentaciones fuera de Puerto Rico fueron aquí.”
Tiene sentido que Martinez se encuentre como en casa en las playas de la República Dominicana, pues él creció en Vega Baja, un municipio cerca al marque está a la vuelta de San Juan, la capital de Puerto Rico. Cuando le pregunto qué es lo que lo está haciendo feliz en este momento, me dice,“Me hace feliz estar aquí en la República Dominicana. Los días son bellos. La comida está bien cabrona.”
Bad Bunny ha tenido un impacto tan enorme en la cultura pop, que es casi imposible creer que su éxito empezó en el 2016, cuando su canción “Diles” fue bajada millones de veces en SoundCloud y recibió la atención de varios sellos discográficos. En esos tiempos, él mantenía su trabajo como cargador de bolsas en un supermercado. “Yo estaba haciendo música y trabajaba en un supermercado,” se recuerda. “Y seguía haciendo mi música siempre. Y lo hacía con pasión. En aquel momento no era como que hacia lo que hacía para salir del supermercado. Si no era como que lo hago porque lo amo y me gusta. Y el día que se me dio la oportunidad de irme pa’l carajo fue el mejor día de mi vida. Pero no es como si esa fuera mi misión. Mi misión siempre fue simplemente hacer música y mejorar cada día.”
La música de Martinez no solo ha mejorado, sino también ha sido remezclada, hecha, rehecha, y pasada a todes quienes tengan un radio o iPhone- o quienes simplemente se encuentran en cualquier vecindad Latina. Su discografía te lleva en un recorrido entre reggaetón, boleros, emo, trap, post-punk, hip-hop, rock en español, nueva ola, y R & B; lo cual todo amasa a su contribución al género del movimiento (previamente conocido como “urbano,” el movimiento se refiere al género musical popularizado por Afro-Caribeños y Afro-Latines, que utiliza sonidos e instrumentos con raíz en África). Su música regularmente tiene una tensión: sus ritmos inspiran al oyente a perrear sin preocupación alguna, pero su letra trae recuerdos del desamor y la mala fortuna. De esta contradicción, Martínez dice, “Es parte de nuestra cultura. De nuestra forma de ser. Hablando en cuestión de los Latinos y de donde yo crecí: Puerto Rico. Siempre se ha escuchado esa frase que ‘en Puerto Rico se celebra todo, hasta en los funerales se forma una fiesta!’”
Pero simplemente escuchar a Bad Bunny sería perderse la diversión completa que es ser testigo de un artista innovador en su cenit. Para verdaderamente sentir la plenitud de la habilidad artística de Bad Bunny, es necesario entrar a su mundo cinemático: donde uno es aplaudido por no conformarse al género, la moda sirve para captivar, el surrealismo es realidad, los personajes del anime caminan entre nosotros, y donde solo se requiere un coche de lujo para viajar de Japón a Puerto Rico.
Los videos musicales de Bad Bunny marcan la imaginación de todes quien embarcan en su experiencia visual. Están igual de inspirados como el artista que los creó. Mientras los videos de Bad Bunny encajarían perfectamente en el lineage artístico de Missy Elliot, encontrar influencias directas nos deja con más preguntas que respuestas. Es obvio que toda y cualquier cosa sirve como inspiración para Bad Bunny, lo cual él confirma al decir, “Hay tantas cosas alrededor de nosotros que es arte. Tante gente que no es considerada artista y hace arte. Mi papá, mi mamá, son artistas, ¿me entiendes? Sin serlo. Entonces yo creo que esas son las verdaderas piezas que te influyen en la vida. Esas piezas que el mundo quizás no pueda apreciar o quizás no lo vea como arte. Pero lo es. Todo lo que he vivido y todo lo que está alrededor mío que me ha marcado de una manera o otra, es lo que me ha influido en lo que soy yo.”
Cuando Bad Bunny menciona la habilidad artística de sus padres, le menciono como mi madre cosía ropa para todos nuestros electrodomésticos. (¿Has visto a una coladera con falda? Ahora eso verdaderamente es la moda!). “Eso es arte! ¡Eso es arte! A eso me refiero!” me interviene. “La manera en que tu abuela te cuenta una historia. Los chistes que te hacen los chamacos del barrio y te hacen reír. ¡Eso es arte! El invento que hizo tu papa para arreglar tu canasto de baloncesto que se rompió. ¡Eso es arte! A eso es a lo que me refiero. Hay mucha gente a tu alrededor que hace harte y tu vives la vida disfrutando de un arte que no es reconocido como arte.”
El estilo personal de Bad Bunny refleja sus influencias comunes, pues regularmente empareja Crocs y tenis con camisetas de bandas, shorts cortos, trajes fosforescentes, joyas brillantes, y uñas postizas como las que usan las mujeres y gente femenina LGBT en vecindades Latinas y Afro Descendientes. Cuando le pregunto si sigue a algún diseñador o icono de la moda para dirigir su propio estilo, me dice, “Yo no soy un seguidor de algún diseñador de alto renombre.” Y toma un momento para vacilar, diciendo que su diseñador favorito es su amigo Janthony, quien también está en la llamada. Después agrega, “Siempre digo que a veces en la calle o en el barrio, en tu ciudad hay alguien con algún estilo que tu dices ‘wow ese cabrón merece ser famoso por encima de no se quien.’ Pero está ahí, normal, trabajando en una tienda. Esas personas así me inspiran mucho más.”
A pesar de su impacto en la moda y el estilo global, Bad Bunny solo ha producido dos colaboraciones con diseñadores: un par de Crocs económicos que brillan en la oscuridad y una asociación creativa con adidas que lanzó en 2020. Estas dos colaboraciones salieron del artista de forma orgánica, pues él regularmente usa tenis adidas, y se puede decir que fue Bad Bunny quien popularizó el uso de Crocs en sociedades de alta moda. La decisión de escoger sus colaboraciones tan precisamente es una anomalía en el mercado actual, donde toda celebridad regularmente lanza mercancía con cualquier marca de lujo que les ofrezca asociación.
Al hablar de la estética de Bad Bunny, es necesario también mencionar a su director creativo, Stillz. El artista visual, de solo 22 años, empezó como fotógrafo de gira, pero verdaderamente dejó su marca en el mundo creativo de Bad Bunny al direccionar su video musical para el tema “Vete.” Desde entonces, los dos han desarrollado la identidad visual de Bad Bunny a través de videos y fotografías.
Días después de hablar con Bad Bunny, hablé con Stillz por teléfono sobre su unión creativa con el artista, el cual inmediatamente empezó con una avalancha de alabanzas. “Benito, para mi, es un genio,” me dice. “Nunca he trabajado con alguien tan creativo y trabajador como el. El quiere crear algo nuevo de la nada. Yo siempre soy el que trae la referencia.”
Los proyectos de Stillz referencian muchas cosas, anime, Salvador Dalí, Julio Larraz, Harmony Korine, y hasta Spike Jonze. Y aunque esta asociación creativa es responsable por formar unos de los momentos más icónicos del artista, Stillz afirma que todo es producto de Bad Bunny: “Benito siempre quiere intentar nuevas cosas. Él está muy involucrado con el proceso de escribir cada video. A veces él tiene una idea tan fuera de serie, y yo solamente tengo que averiguar cómo hacerla una realidad.”
Los dos trabajan juntos para crear el efecto que más emociona a Bad Bunny: sorprender a las audiencias. Martinez cree que la vida se trata de mantener un sentido de maravilla. “Cuando se hace bien, siempre va a causar una sensación rica en el ser humano, las sorpresas,” me cuenta. “Cuando tú no esperas algo y lo recibes es como que wow te marca. A mi me llena, sorprender a la gente, porque se que estoy marcando y creando una sensación única en el interior de ellos.” Stillz me explica cómo es que traen el elemento de sorpresa a la realidad: “El siempre tiene una idea loca que quiere desarrollar. Y al escucharlo, yo me tengo que preguntar ‘¿cómo es que podemos mostrar esto? ¿Cómo creamos un visual en una manera que se mantenga auténtica a sus ideas?’”
Hasta ahorita, una de las sorpresas más grandes e indiscutibles en la carrera de Bad Bunny ha sido su video musical para el tema “Yo Perreo Sola,” el cual presenta al artista vestido de drag queen, perreando mientras canta sobre el derecho femenino de bailar en paz. Mucha gente se preguntó: ¿será Bad Bunny un icono LGBT o es que solo está robando la cultura LGBT para sorprender a sus audiencias? La respuesta es que no solo era para sorprender; antes de molestar a una mujer, Bad Bunny quería que los hombres se preguntarán a sí mismos ¿Qué tal si fuese yo en su lugar, así como Bad Bunny lo es ahora? Es un mensaje importante, especialmente en Latinoamérica donde el femicidio sigue siendo un problema que crece más y más cada año. “Queríamos que este fuera el video mas fuerte de Bad Bunny,” me cuenta Stillz sobre el impacto de “Yo Perreo Sola.” “Pensamos que la única manera de comunicar este mensaje tan importante era hacerlo de el modo más fuerte posible.”
El video verdaderamente es fuerte. Ya ha pasado un año desde el estreno de “Yo Perreo Sola” pero todavía me emociona. Me ocasiona preguntarme qué tan diferente hubiera sido mi mundo, como un joven gay y Mexicano, si las estrellas masculinas del pop Latino en los ’90s y 2000s se hubiesen atrevido a explorar su feminidad en semejante moda explosiva. Pero no hace falta mirar hacia atrás, cuando todavía estamos en un momento donde ninguno de sus contemporáneos se atrevería a disturbar el machismo Latinoamericano en parecida magnitud. Así que es importante que alguien, con el nivel de fama que tiene Bad Bunny, se esté alistando a combatir a la conformidad del género.
Esto no quiere decir que la crítica no sea importante. Las personas LGBT, especialmente elles quienes son gente de color, todavia no pueden experimentar con las limitaciones del genero sin arriesgarse a la violencia de la sociedad. Y sin realmente analizar la solidaridad que los artistas demuestran hacia las minorías, uno puede correr el riesgo de ignorar el impacto que tienen sus acciones simplemente porque sus intenciones fueron buenas. Bad Bunny reconoce esto íntimamente: “Obviamente nunca voy a hacer algo con la intención de ofender a alguien o hacer sentir mal a alguien. Pero el día que yo diga o haga algo que a la gente no le guste, pues tendré dos opciones: reflexionar a ver si soy yo quien estuve mal y aprender de eso; o si yo pienso que no estuvo mal, que es lo que pienso y siento, pues ya quedo asi. Cabrones si no les gusta pues no me miren.”
Pero el no mirar a Bad Bunny es casi imposible. Su trabajo no para. Después de pasarse meses preparándose para su apariencia en WWE, y sus papeles en Narcos: México y Bullet Train, Bad Bunny ahora está ocupado preparando otro álbum. Parece que el descanso para este artista, solo significa dejar una forma de arte y tomar otra. El impacto que han tenido las redes sociales en la industria musical, cuales requieren que artistas mantengan una presencia viral, podría causar la presión de continuamente lanzar proyectos. Pero Bad Bunny me asegura que ese no es el caso para el: “¿Yo presión de los fans o lo que sea? No la siento. La única presión es propia, mía. Y no es una presión. Es como que esas ganas de hacer algo nuevo. De yo mismo retarme: ‘¿wow que puedo hacer diferente? ¿Que me guste y que a la gente le guste? ¿Y de qué manera puedo entretener y sorprender a las personas con algo nuevo?’ Y esa es la presión, pero es una presión positiva.”
Al hablar con Bad Bunny, es evidente que el artista tiene dudas del impacto que ha tenido en millones de personas. “Todavía no me asimilo. Y suena raro, como que ‘cabron ya es hora de que tu sepas quien eres,’” me dice. “Pero no se, todavía se me hace difícil entenderlo o aceptar a un cien por ciento como la gente me puede ver, o lo que pueda representar para muchas personas. Y no se si es malo o si es bueno que sea así. Quizás eso me ayuda a mantenerme siendo igual y no cambiar la perspectiva mia, o cambiar la forma de ser, o la forma de actuar. Quizás eso me ayuda a mantenerme humilde.”
Pero al respecto de lo que Bad Bunny representa para sí mismo, Benito Martinez, él tiene una idea más clara: “Bad Bunny para Benito representa un sueño hecho realidad. Representa la libertad de ser lo que siempre soñaste ser. De ser como siempre quisiste ser o como siempre fuiste pero quizás no todo el mundo podía entenderlo.” ¿Pero qué es lo que piensa que esto significa para su audiencia? “Yo me siento contento con saber que mi música está siendo parte de la vida de alguien ahora mismo. Y que hay gente viviendo momentos que los marcan, ya sean momentos felices, ya sean momentos de tristeza, pero ahí está mi música acompañándolos en ese momento. Y con eso yo estoy bien.”
Nuestra entrevista terminó rápidamente. Su próxima cita lo esperaba. Después de todo, Bad Bunny está ocupado realizando sus sueños más descabellados. Aunque no lo sepa, Bad Bunny ha creado un espacio para que mucha gente se pueda ver reflejada en sus sueños, bailando libremente, sin restricciones como el género o el dinero.
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